Una promesa peligrosa

Marcos, un joven papá primerizo de un gato rescatado, encuentra este blog en Google. Está desesperado. El gato no para de rascarse. Lee: “solución definitiva”. Y piensa: “esto es lo que necesito”. Compra el producto. Aplica en exceso. El gato estornuda sin parar. ¿Qué pasó? Nadie le dijo que debía ser grado alimentario. Nadie explicó la dosis.

Este blog tiene una gran virtud: activa la esperanza. Usa palabras como “definitivo”, “solución”, “natural”, “milagroso”. Y eso seduce. Pero el problema es que no entrega garantías reales.

Fallas detectadas:

• No indica que debe ser grado alimentario.
• No habla de efectos secundarios si se inhala.
• No explica qué hacer si el gato tiene asma, heridas o problemas respiratorios.
• No aclara cómo aplicarla (externa vs interna).
• No hay fuentes ni respaldo veterinario
• Reptil: Habla desde el miedo al sufrimiento del gato. Promete eliminar el peligro.
• Límbico: Usa lenguaje emocional, “solución”, “definitiva”, “natural”.
• Neocórtex: No hay datos, no hay respaldo, no hay explicación lógica.

Este artículo seduce, pero engaña. Es como ese vendedor que promete la casa de tus sueños y no te dice que tiene goteras. El problema no es usar emoción —de hecho, es NECESARIO—, el problema es no cumplirla con hechos. Si vas a vender esperanza, asegúrate de tener pruebas.

Puedes inspirarte en el tono emocional, pero jamás copiar la estructura. Si vendes tierra de diatomeas, educa. No prometas sin fundamento. Una mamá de gato decepcionada no vuelve a confiar.